Imagen corporativa qué es y como influye en empresas y negocios
La imagen corporativa es un elemento fundamental para el éxito de una empresa, ya que influye en múltiples aspectos de su funcionamiento y su relación con su público objetivo, relacionando directamente la calidad de sus productos o servicios y la reputación de la empresa con la imagen corporativa.
La imagen corporativa es como se muestra una empresa o marca ante su público objetivo a través de las diferentes piezas de comunicación visual, mensajes, tono y discurso, trasladado en todos aquellos elementos donde la marca interactúa con su público, siendo percibida con la notoriedad y diferenciación que promulguen sus conceptos, promesas e idiosincrasia.
¿Cómo influye la imagen corporativa en una empresa?
Primera impresión
La imagen corporativa, que incluye el logotipo como primera pieza de comunicación, los colores, el diseño y otros elementos visuales, así como su lema, es lo primero que los usuarios y clientes potenciales ven de una empresa. Una imagen profesional y atractiva puede generar una primera impresión positiva aumentando la confianza en la empresa, despertando el interés y siendo el inicio de relación con la misma.
La adaptación y traslado de la imagen corporativa a todos aquellos sitios donde se muestra la empresa o marca como sitio web, redes sociales, publicidad online offline, tarjetas comerciales, expositores, documentos corporativos, rotulación, etc. debiera estar lo más cuidada posible y ser coherente, esgrimir una imagen corporativa potente es un mensaje que rompe barreras.
«Como dirían los Norteamericanos, que por ende son los inventores del marketing no basta con tener un buen producto o servicio, has de parecer una empresa de 1 millón de dólares»
Esto quiere decir que se ha de percibir una gran calidad, inclusive superior.
Reconocimiento de marca
Una imagen corporativa coherente y bien definida contribuye a que la marca sea reconocible y memorable. Cuando los clientes asocian una imagen específica con una empresa, es más probable que la recuerden y elijan sus productos o servicios.
Confianza y credibilidad
Una imagen corporativa sólida transmite confianza y credibilidad. Las empresas que cuidan su imagen tienden a ser percibidas como más profesionales y confiables, lo que puede influir en la toma de decisiones de los consumidores.
Diferenciación
La imagen corporativa ayuda a una empresa a destacar en un mercado competitivo al transmitir su identidad única y sus valores. Esto puede ser especialmente importante cuando se trata de productos o servicios similares ofrecidos por varias empresas en un mismo sector.
Lealtad del cliente
Una imagen corporativa positiva puede fomentar la lealtad del cliente ya que sienten una conexión con las empresas que tienen una imagen atractiva y valores compartidos, la fidelización del cliente es un tema muy recurrente hoy en día ya que existe una fuerte competencia en la mayoría de sectores, promulgada en parte por las nuevas tecnologías que han allanado el terreno a startups, emprendedores y pequeños negocios que han visto en ellas una oportunidad de crecimiento llegando a nuevos nichos de mercado o compitiendo con empresas de mayor envergadura ya posicionadas en el mercado.
Atracción de talento
Una imagen corporativa fuerte no solo atrae a clientes, sino también a talento humano. Las empresas con una buena reputación y una imagen positiva son más propensas a atraer y retener a empleados con talento.
Relaciones públicas
La imagen corporativa también juega un papel importante en las relaciones públicas. En momentos de crisis o desafíos, una imagen corporativa sólida puede ayudar a una empresa a manejar la situación de manera más efectiva.
Facilita la expansión
Una imagen corporativa fuerte puede facilitar la expansión de una empresa a nuevos mercados y localizaciones. Las marcas bien establecidas a menudo tienen una ventaja al ingresar en nuevos territorios.
Coherencia y alineación interna
Una imagen corporativa sólida ayuda a alinear a los empleados con los valores y la misión de la empresa. Esto puede aumentar la moral y la productividad del personal.
Fomenta la innovación
Las empresas con una imagen corporativa fuerte a menudo se sienten más seguras para explorar nuevas ideas y enfoques, lo que puede fomentar la innovación y el crecimiento.
¿Cómo afecta una mala imagen corporativa en los pequeños negocios?
Una mala imagen corporativa puede tener un impacto significativo en los pequeños negocios, ya que pueden ser especialmente vulnerables a las consecuencias negativas de una percepción mala o de baja calidad de su empresa, servicios o productos. Es una realidad que la percepción de usuarios y clientes frente a un producto, servicio o empresa pasa por el filtro visual y de comunicación, algo relevante si lo extrapolamos al terreno de nueva captación, en el que las primeras impresiones y la forma de comunicar de la empresa van ha ser determinantes para que el cliente nos elija.
Pérdida de clientes
Los pequeños negocios a menudo dependen en gran medida de la lealtad de sus clientes locales. Una mala imagen puede llevar a la pérdida de clientes existentes y dificultar la adquisición de nuevos, lo que puede tener un impacto directo en los ingresos.
De la misma forma que actualizamos nuestros servicios o productos (como parte lógica de evolución y adaptación) para ofrecer a nuestros clientes un mejor o más adaptado servicio o calidad en los productos, no hay mejor forma de comunicar que a través de una imagen corporativa actualizada, renovada, que indique a nuestros clientes y público el dinamismo de nuestro negocio y nuestro interés por seguir estando ahí e ir mejorando.
Reputación dañada
Cuando sumamos 1+1 es fácil que nos dé 2, y si por 1 entendemos que nuestra imagen corporativa está descuidada, obsoleta o abandonada, solo hace falta añadir un segundo condicional como un cliente insatisfecho, para que una mala o desfavorable reputación se propague rápidamente en un mercado local de actuación del negocio afectando a la percepción de marca, por lo que puede ser especialmente perjudicial en negocios de ámbito local.
La imagen corporativa juega un papel muy importante en la reputación de la empresa, ya que define como es percibida por su público objetivo.
Dificultades para atraer talento
Los pequeños negocios a menudo compiten por talento humano en el mercado laboral local. Una mala imagen corporativa puede dificultar la atracción de empleados calificados y motivados, lo que puede afectar la calidad de los productos o servicios y la eficiencia operativa.
Dificultades financieras
Una mala imagen corporativa puede llevar a una disminución de los ingresos y mayores costos para tratar de mejorar la imagen. Esto puede provocar dificultades financieras, especialmente para pequeñas empresas con recursos limitados.
Menor márgen de maniobra en crisis
Las pequeñas empresas a menudo tienen menos margen de maniobra para enfrentar crisis o problemas financieros. Una mala imagen corporativa puede empeorar estas situaciones y hacer que sea más difícil recuperarse.
Competencia más feroz
Cuando la imagen de una empresa es deficiente, sus competidores pueden aprovechar la situación para ganar cuota de mercado. Esto puede hacer que sea aún más difícil para una pequeña empresa recuperarse y mantenerse competitiva.
No es ningún secreto que las nuevas tecnologías y digitalización han propiciado nuevas y novedosas formas de competir, lo que ha permitido a muchas empresas y negocios evolucionar, adaptarse y hasta reinventarse, pero también han permitido la entrada de nuevos jugadores (emprendedores y startups) que han visto una gran oportunidad de ofrecer un valor añadido o acuñar nuevos conceptos con innovadoras estrategias y conocimientos del marketing para hacerse sitio o sencillamente desbancar a otros negocios tradicionales que con el paso de los años han ido quedando obsoletos y han prestado poca atención a la propia evolución de mercado, consumidores o clientes.
Dificultades para expansión
Si un pequeño negocio tiene planes de expansión, una mala imagen corporativa puede ser una barrera significativa. Los consumidores en nuevos mercados pueden investigar la reputación de una empresa antes de decidir hacer negocios con ella, o sencillamente no llegar a interesarse debido a la percepción obtenida. Despertar el interés y trasladar la mejor imagen y comunicación es una máxima en cualquier negocio que pretenda expandirse o fije su mirada en nuevos mercados o nichos de interés.
Efecto cascada
Una mala imagen corporativa puede afectar las relaciones con proveedores y socios comerciales, lo que podría resultar en una disminución en la calidad de los suministros o en condiciones comerciales menos favorables.
En definitiva una mala imagen corporativa puede tener un impacto perjudicial en los pequeños negocios, ya que son más sensibles a los cambios en la percepción de la marca al tener recursos más limitados. Una política sostenida para abordar mejoras en la imagen corporativa brinda a los negocios mayor competitividad en un mercado tecnológicamente cambiante como el actual al tiempo que le permite proyectarse con mayor eficacia y reconocimiento, pudiendo adoptar estrategias nuevas con mayor seguridad y confianza.